La biblioteca en llamas, de Susan Orlean
La Biblioteca Pública de Los Ángeles sufre un gran incendio en 1986, pero los periódicos apenas se hacen eco de la noticia porque ese día toda la atención se vuelca en el accidente nuclear de Chernóbil, en la Unión Soviética. ¿Por qué ardió la biblioteca? ¿El incendio fue accidental o intencionado? se pregunta la autora, cuestiones estas que la llevarán a iniciar una investigación sobre lo ocurrido. Pero este libro no trata solo de eso. A través de sus páginas podremos conocer la evolución de las bibliotecas a lo largo de la historia, su papel en la sociedad y, lo más importante, sus primeros pasos encaminados hacia el futuro.
El estilo narrativo de la obra es el característico del periodismo estadounidense, es decir, la autora presenta unos hechos reales de manera novelada para acercar la historia al lector, y describe a las personas que entrevista con algún rasgo físico o alguna faceta de su personalidad (aunque si no siente mucha simpatía por algún entrevistado prefiere transcribir sus propias palabras para que sean estas las que lo definan). Además le encanta dar una gran cantidad de números y cifras para constatar la importancia de lo que relata, y suele impregnar sus palabras de tintes dramáticos.
El enfoque subjetivo de la autora también se ve reflejado en el capítulo que dedica a los libros que se quemaron en diferentes épocas de la historia por razones ideológicas. Por ejemplo, destina varias páginas a la quema de libros realizada por los nazis, haciendo hincapié en el hecho de que casi todas las obras pertenecían a autores judíos, pero luego pasa de puntillas por la destrucción de libros en su propio país, y olvida mencionar la ley Comstock (1873), que prohibía enviar por correo escritos y artículos “inmorales”, permitiendo, de esta manera, la destrucción de toneladas de libros que no pasaban la censura. El autor alemán Werner Full en su obra Breve historia de los libros prohibidos (2012) escribe sobre este episodio de la historia de Estados Unidos:
«Fue así como se llegó a una situación absurda: la quema de libros de los nacionalsocialistas provocaban repugnancia y horror en Estados Unidos, mientras el correo de ese país quemaba con todas las de la ley y sin protestas, aunque por otros motivos, los mismos libros de Hemingway y John Dos Pasos que ardieron en Alemania».
Asimismo, la señora Orlean parece olvidarse del senador McCarthy, que en los años cincuenta del pasado siglo ordenó quemar todos los libros procomunistas que había en las bibliotecas de las Casas de América, en Europa. Uno de esos libros fue La montaña mágica de Thomas Mann, que ya quemaron los nazis.
No, Susan Orlean no recuerda nada de esto (o será que no ha investigado lo suficiente). Solo nos cuenta la historia de una tal Mabel Riddle que en los años cuarenta impulsó la quema de cómics que tenían que ver con el sexo, con la ayuda de unas monjas ávidas por prender las primeras cerillas…

Título: La biblioteca en llamas (2018)
Autor: Susan Orlean
Editorial: Planeta